JULIA BAIGORRI


 
 

Miro a mis dos pequeñines: son

tan blandos, tan indefensos,

que me aterra lo que el mundo

pueda hacerles. Y me prometo ser

la mejor madre, ser su ejemplo, su escudo.


Y a pesar de todo he de dejarlos volar.


Tengo que dejar que mi hija crezca

y sea la mujer que no fui. Y lograr

que mi hijo sea el hombre que no seré.


Pero los amo tanto que trato

de protegerlos, de allanarles el camino

y temo querer vivir la vida por ellos.


Me da miedo pensar que mi amor de madre

pueda llegar a ser manipulador y destructivo.


Julia Baigorri, 27 de Abril de 2013

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